miércoles, 29 de mayo de 2013

Todo es cuestión de acordes y de lluvia.

Me despierto rápidamente, de un sobresalto. La tormenta no arrecia y uno de los estruendos me ha arrebatado el sueño. Sin saber muy bien por qué, comienzo a caminar hacia la puerta. La abro con cuidado de no despertar a nadie, ya que aún es de madrugada. "Sólo sigo a mis instintos, no le hago daño a nadie", pienso. La cierro con la misma delicadeza y me dirijo hasta el ascensor. Bajo mis pies, el mármol del suelo se siente frío, casi congelado. Estoy empezando a impacientarme. Al fin, el ascensor llega a mi piso, entro en él y pulso el último botón. Voy a subir a la azotea. Tras unos escasos segundos a la par que interminables de luces titilando, las puertas se abren de nuevo y dan paso a una pequeña habitación en la que sólo hay una puerta y un extintor algo oxidado. Trato de abrir la puerta. Es difícil, está atrancada. Finalmente, consigo abrirla de un empujón que casi me hace caer al suelo. Cuando recupero el equilibrio, observo el juego de luces que está teniendo lugar en el cielo: rayos y truenos inundan el ambiente. La lluvia cae suavemente sobre mi cara, mis manos, mi pelo, sobre todo mi ser. "Parece mentira que estemos casi en verano y aún siga haciendo esta temperatura", digo para mí misma. Mis pies comienzan a entumecerse y mi pijama está totalmente empapado. Aún así, no puedo evitar sonreír: llevaba mucho tiempo queriendo hacer ésto. Doy una vuelta por la terraza. Aunque parezca increíble, hay un precioso jardín, con enredaderas y césped por todas partes. Esta noche no se aprecia todo su esplendor, pero estoy segura de que a la luz del día o en una noche de luna llena es un sitio mágico. Encuentro el lugar perfecto para sentarme en el centro de la estancia abierta. El césped está mojado, pero no importa. Mis manos acarician los hierbajos que hay alrededor. Cierro los ojos. En este momento, sólo estamos la lluvia, la naturaleza y yo. Falta algo. Echo en falta algo importante. Saco el móvil de mi bolsillo con cautela y escojo la canción adecuada para este momento. Comienzan a sonar los primeros acordes de guitarra. Siento cómo un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Ahora sí que está todo completo. Al fin lo he conseguido. Ahora tengo tiempo, tiempo para encontrarme a mí misma. 









Aqua.