miércoles, 27 de julio de 2011

Una mirada.

Las miradas... Una mirada dice mucho de una persona. Odio las miradas vacías, aquellas en las que te fijas y te duelen, te duelen porque son como dos ventanas cerradas que ocultan todo lo que hay en su interior.
Una mirada pura, llena de alegría, te da en qué confiar y te anima a sonreír.
Una mirada empañada por las lágrimas te deja ver el sufrimiento y lo mal que lo ha pasado esa persona, y eso te impulsa a consolarle, a darle todo tu apoyo.
Y, es que los ojos son la ventana del alma, según dice un dicho popular. Por ello, hay que fijarse siempre en una mirada, así es como realmente puedes saber cómo se encuentra una persona, si ha sufrido, si está preocupada... o incluso enamorada.
Por ello, siempre me fijo en los ojos, siempre en esas dos brillantes esferas de una cara. Porque sabiendo cómo miran, puedo saber muchas cosas.

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